No me pidas que viva en pecado,
no me pidas que viva entre engaños,
lastimar corazones queridos;
guarda tu amor en silencio
como yo guardo el mío.
Alimento mis ojos viéndote,
conformarme debo,
y aunque mis labios sufran esa sequia,
no beberé de ellos.
Escondidos recuerdos de juventud;
ese primer beso que me robaste,
ese primer suspiro que en mí provocaste;
éramos libres… tan ajenos al dolor,
el que ahora nos ataca con nostalgia.
El tiempo era nuestro,
los momentos completos
¡pero quedan ya tan lejos!
nuestro tren se perdió como estos años...
ya no volamos libres,
dejé mis alas en tierra,
y a mi corazón anestesiado
para engañarlo con otros brazos.
Brazos de amigo que supieron abrigar frías noches,
limpiar mis lágrimas derramadas
por donde pisaste... nuestro rincón íntimo.
Ahora que ese corazón anestesiado
aprendió a latir calmado
y aceptar otras manos...
No me pidas que vuelva al pasado,
no me pidas que rompa lazos, tampoco engaños,
no me pidas que viva en pecado.
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